miércoles, 4 de abril de 2018

Práctica 5. La Educación en 2030

YO A LOS TREINTA Y SÉIS


Año 1994. Nazco, no sé bien por qué estoy aquí, no sé quién es toda esta gente que está alrededor de mi madre, lloro porque lo único que quiero y sé es que tengo hambre y necesito el calor de ella. Sinceramente, no sé nada porque no pienso. ¿O sí?

Año 1996. Mis padres me llevan a una guardería, parece un parque porque tiene juguetes y hay niños pero... en el parque están mis padres y aquí me quedo sola. No me gusta. No sé si quiero estar aquí, aún soy pequeña, necesito estar en casa. En realidad me lo paso muy bien. Los primeros días lloraba sin parar pero ahora estoy tranquila, aprendo muchas cosas.

Año 1997. ¡Qué nervios! Ahora que tenía amiguitos en la guardería me llevan al colegio, empiezo la educación infantil. Esto es más grande, hay más niños y ya no estamos con mi profesora de siempre. Aunque Paquita es muy maja y nos cuenta cuentos, cantamos y jugamos.

Año 2006: Etapa secundaria obligatoria... ¡qué rapido ha pasado el tiempo! Esto si que es un cambio... lecturas, lecturas y más lecturas. ¿Qué vais a estudiar en la universidad? Ni siquiera sé lo que quiero y ya tengo que elegir las optativas...

Año 2012. Selectividad. ¿Qué entrará? Había tantas cosas para estudiar... ¡Qué mal me va a salir el examen de economía, verás!

Año 2016. ¡No puedo estar más contenta! Grado en maestra de educación infantil con mención en pedagogía terapéutica. 
Y ahora viene lo mejor... si asustaba selectividad, oposiciones.

Año 2018. Máster, trabajo, oposiciones... ¿creéis que moriré en el intento? Espero que no. ¡A por todas!

Año 2030. Todo ha cambiado. Ya no pensamos. Ya no nos relacionamos. Ya todo es tecnología. Hace una década pensábamos que las relaciones de amistad, de pareja, seguían teniendo contacto directo aunque utilizábamos mucho Whatsapp y las redes sociales. Ahora recuerdo Tuenti, Facebook, Messenger e incluso el Fotolog. En aquellos momentos, que no hace tantos años de eso, creo que éramos felices. La tecnología ha ido quitándonos la vida y lo peor es que nosotros lo hemos permitido. Ya nadie va a las bibliotecas, las han transformado en lugares de ocio para disfrutar con nuevas tecnologías, el nuevo ordenador ultrafino, el móvil que no necesita batería, los videos proyectados en el aire... ¡qué triste me parece! Aún no sé para quién estoy escribiendo... y realmente no escribo. Este nuevo sistema de comunicación redacta lo que pienso en el momento que digo CONECTAR CON EL MUNDO. Después, se envía el "texto" a la nube y todos aquellos que estén interesados y piensen en mis palabras clave "2030, internet, caos, tecnología" podrá acceder a él. 

Los niños nacen, aunque cada vez hay menos, en el mundo tecnológico donde todo lo que les rodea tiene muchísimos estímulos y no necesitan a nadie para relacionarse e interactuar. Parecemos robots. Parece mentira pero en tan solo 10 años la vida ha cambiado. Ahora nos recepcionan en los hoteles máquinas, nos hacen la habitación, dejan preparado el desayuno en cada una de las puertas de manera super rápida. Ya no necesitan personas. Cada vez hay menos escuelas, internet y la tecnología es prácticamente el único método de enseñanza, al menos el que todos los niños quieren tener. He pensado irme del país porque esta situación no se puede aguantar. Parece que ya no existen los sentimientos. Parece que ya no nos necesitamos... y eso no me gusta. 

Recuerdo que estudiábamos a Vygotsky, que entre otros autores defendía la importancia de la relación del individuo con el medio. Creo que el medio también acoge al resto de personas, no solo los objetos, elementos y lugares que nos ofrece la tecnología. 

Hablábamos en nuestro grado sobre el "USO Y ABUSO" de las drogas y hoy en día la tecnología es una droga, es adicción, es dependencia y si nos la quitan matamos por ella, por tenerla.

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