LA EDUCACIÓN EN 2030
En un abrir y cerrar de ojos me encuentro en el año 2030. Mi
trabajo como docente me reclama y yo siento que tras mi prolongada ausencia laboral, la vuelta resultará
complicada.
Las cosas han cambiado significativamente, lejos quedan
aquellos días en los que ante mis
alumnos me sentía poderosa, importante, hasta incluso imprescindible. Quizás
tenga que empezar de cero, pues los socorridos “ Power” no me van a solucionar
la papeleta como tantas y tantas veces lo hicieron en el pasado.
Bueno comienza el reto, pulso el botón, espero cinco
segundos y allí están los alumnos, cada uno de ellos con su dispositivo,
esperando que yo aplaque sus ansias de aprender, mejor dicho de saber, pero de
saber cómo aplicar aquello que con un simple clic obtienen. Mi misión ya no es
transmitir el conocimiento, de eso ya se encargan las máquinas. La inteligencia
artificial se ha convertido en reina y nosotros los docentes en sus vasallos. Ahora hay que batallar, hay
que disputar por tener un sitio en el sistema.
Bien, veamos … pido atención y todos fijan su mirada en el
punto rojo intermitente , de esta manera la imagen generada justifica la
asistencia, recuerdo cuando pasar lista era la forma de tener constancia de
ella. La imagen de un alumno de Educación Infantil leyendo uno a uno, el nombre de sus compañeros, mientras el
aludido respondía tímidamente a la vez que levantaba la mano, todavía me
despierta ternura. Pero aquello tenía
una intención didáctica, formaba parte de las estrategias utilizadas por los
docentes para iniciar a los pequeños alumnos en el aprendizaje de la
lectoescritura. Hoy en día esto no es necesario, nuestra voz se convierte en
texto cada vez que es necesario y viceversa. Recuerdo con agrado, el tiempo en que los papeles arrugados rebosando la papelera, conformaban el decorado de la
sala del escritor, pero está claro que es necesario avanzar.
Bien, pero he de seguir
dando la clase, de pronto un
alumno me pregunta que cuándo será la semana presencial, dice que ha de saberlo
para planificar su tiempo. Esto me descoloca, reconozco que la docencia desde casa me ofrece la oportunidad de trabajar con
libertad, pero también comprendo, que el contacto físico entre el maestro y su
alumnado es necesario, aunque sea por un corto periodo de tiempo. He de
programar esa semana con mucho cuidado, pues lograr atraer y mantener su
atención resulta complicado, dado que sus vidas están desbordadas de estímulos
difíciles de superar.
Bueno, comienza la clase de literatura y personajes ilustres como Cervantes o Shakespeare,
se hacen presentes como si de un viaje a
través del tiempo se tratase. Ellos mismos nos hablan sobre sus creaciones
literarias y las cuestiones propias de
la época que los envuelven. Resulta
sorprendente la calidad de las imágenes
generadas , a veces tengo que hacer un gran esfuerzo para no olvidar que solo
se trata de realidad virtual, hay que ver cuánto han perfeccionado esta técnica
, pienso que es una de las más efectivas para la docencia.
No puedo evitar pensar
cómo ha cambiado todo, los libros
que en el pasado eran los grandes poseedores del conocimiento, ahora ocupan un lugar preferente en las olvidadas estanterías, como testigos de
un glorioso pasado.
En fin…solo espero que todo funcione, que los poderosos sigan
compartiendo algo de su poder con el resto de la humanidad, la amenaza de un
apagón está siempre presente y eso sería
el fin. Volver atrás es imposible
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