Hace unos 10 años que acabé la carrera y empecé a ser profesora "de verdad". ¿Por qué de verdad? ¿A caso había sido profesora de mentira hasta ese momento? En realidad no, porque las profesoras particulares "de apoyo" también ejercen la misma labor que una profesora de academia, pero incluso de una manera más cercana e individualizada.
Recuerdo que solía ir a casa de los alumnos a ayudarles con los deberes de Solfeo, les revisaba las obras de violín y los motivaba a seguir estudiando por su cuenta y darse cuenta de las relaciones que tenían los contenidos aprendidos con los nuevos.
No veo que haya mucha diferencia entre mi labor de estudiante-profesora y la labor de Jane Eyre (el personaje creado por Charlotte Bronte hace más de una década y media - en 1847).
Hoy en día sigo siendo profesora, ahora ya"consagrada" por haber cumplido mi formación, y he incorporado las nuevas tecnologías a la hora de impartir las clases, aunque sin dejar de lado la metodología tradicional.
Está clarísimo que los niños disfrutan más sumergidos en un mundo de colores, de aplicaciones digitales que desplazan la imagen, permiten que se pueda editar y además el texto puede ir incorporada una banda sonora.
Las últimas novedades hoy en día son las gafas, casco y plataformas de realidad virtual. De aquí a 2030 preveo que por lo menos los EE.UU los incorpore a la enseñanza en sus aulas. Seguro que las empresas que ahora fabrican dichos dispositivos están interesado en realizar un convenio con el Ministerio de Educación para llenar los centros educativos de este tipo de items, aumentar su producción a gran escala, y llegar al final del eslabón a las personas de gran poder adquisitivo.
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